Enamoraluiso

Tras una larga noche de desvelo jugando Pokémon. Me despierto a medio día con las 3 C (Cansado, cochino, caliente). Su cuerpo es lo único que transita por mis pensamientos. Incentivado por la conveniente excusa de reanudar mi sueño empiezo a autocomplacerme. Tremendo deseo de sentir el lunar de su glúteo izquierdo que solamente he conocido en foto.  Una vez terminada las manualidades y resignado a mantenerme en vigilia. Tomo mi celular, hábito recién adquirido y reviso su chat. Mi letanía de la noche anterior fue contestada con un: “Ooh 😁”. Sonrío por su originalidad y me levanto en dirección a la cocina. Reviento un par de huevos sobre el sartén. Me detengo a observar dos tremendas yemas que solamente se encuentran distanciadas por sus claras. Intervengo con mi espátula para concluir mis huevos revueltos. Reanudo la partida en mi granja virtual. Me regocijo mientras cosecho, principalmente al recoger los duraznos. Doy una larga vuelta al famoso pueblo y le regaló una vaca a mi futuro suegro. Mi alarma suena, me recuerda mis responsabilidades físicas. Antes de mi salida, tomo del refrigerador la última manzana. Disfruto cada bocado.

Abordo un camión. Prosigo leyendo “Rayuela”. ¿Acaso seré Horacio y tú la Maga? ¿Es apropiado resumirte en unas cuántas palabras? Tal vez no Cortázar, sino Dalí nos hubiera emulsificado en un lienzo. ¿O mi famoso tocayo hubiese esculpido esa melena africana? ¡Bah! Solamente sé que la cursilería pop contemporánea te recrea en todos mis “scientes”.

Desciendo del camión. Leo frente a mí: “Relaciones  exteriores”. Las interiores están engreñadas. Endiosarte en el Vaticano. Erupcionar en el Vesubio. Emponzoñarte en Australia. Sodomizarte en Bangkok. Esclavizarte en Somalia. Y luego llenar de hijos Macondo. Despierto. La recepcionista me entrega un pasaporte vacío…. un pasaporte vacío.

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